Los molinos de viento son uno de los legados históricos más importantes de la arquitectura civil andevaleña. La comarca del Andévalo de Huelva, junto con La Mancha, fue una de las zonas con mayor concentración de molinos en la Península Ibérica entre finales de la Edad Moderna y principios de la Edad Contemporánea.
La mayoría de estos molinos fueron construidos entre los siglos XVIII y XIX. Se trata de edificios troncocónicos de arcilla y piedra de entre 7,5 y 8 metros de diámetro. Constan de dos pisos: uno inferior, normalmente dedicado a vivienda del molinero, y uno superior, donde se encuentra toda la maquinaria de la molienda.
Estos molinos están situados en cerros de los términos municipales de El Almendro, El Granado, Sanlúcar de Guadiana, San Silvestre de Guzmán, Villablanca y Villanueva de los Castillejos.
Otro rasgo peculiar de estas construcciones es que a lo largo del río Guadiana, ya en tierras portuguesas, discurren varios ’moinhos’ con las mismas particularidades arquitectónicas.
Hoy, el Andévalo hace honor a su pasado para mirar hacia el futuro en clave de energías renovables. Y es que podemos ver que esta comarca de la provincia de Huelva está siendo plagada de los molinos del s. XXI, que siguen aprovechando de manera sostenible la energía eólica existente en la zona.